La Adaptacion
3.- Toda descompresión debe ser lenta:
No programe muchas actividades en la primera semana. La mayoría de los niños llegan muy cansados, algunos llevan 3 días viajando.
El pasar rápidamente de un régimen de autoridad, sobriedad y disciplina propio de la educación en la sociedad rusa, a tenerlo todo en abundancia y con una libertad no conocida por el menor hasta la fecha, puede desestabilizar al niño, por ello es necesario un aterrizaje suave en su nueva situación, porque desayunaría con coca-cola, cuando debe tomar leche hasta en las comidas.
Como en toda situación nueva, hay una fase de adaptación, donde el niño se siente inseguro e incluso puede llorar y que cuando intentamos calmarle y mostrarle afecto con una caricia, rehuya el contacto físico y se aparte -en Rusia no son habituales los besos-, ante esta situación no debemos alarmarnos, debemos de tener paciencia, el cariño como todo lo bueno atrae y progresivamente depositará en nosotros su confianza.
Recuerde que nuestra vida y nuestras costumbres son distintas de las suyas y a ese respecto consideren la definición que Winston Churchill dio de Rusia, como un acertijo envuelto en un misterio dentro de un gran enigma. Aunque un famoso escritor ruso, ya había anticipado que Rusia no se entiende con la razón si no con el corazón.